lunes, 23 de marzo de 2015

Estación Patagonia FM 89.5 en Lollapalooza 2015


Estación Patagonia FM 89.5 estuvo presente en las dos jornadas del festival más importante de la Argentina en su edición 2015.

DIA UNO

Como una gran muestra de la diversidad que presenta la música y cultura alternativa, a las 15:45 se presentaban tres artistas increiblemente diferentes: en el Main Stage 2, St. Vicent estrenando el Grammy a Mejor Álbum Alternativo recibido un par de meses atrás, fue la mejor sorpresa del día con dos mujeres con guitarras, coreografías robóticas y mucho carisma, en el Alternative Stage, Molotov con su tercera visita al país en menos de dos años, revivieron lo mejor de su repertorio con grandes momentos en Gimme The Power y Puto, con imágenes de Carlos Saúl $%&$% en las gráficas; y a su vez en el Perry Stage se presentaba Kill The Noize, un conocido Dj que aun bajo el sol, hizo saltar a miles de personas con un set excelente.

Lamentablemente St. Vicent salio casi media hora tarde lo que hizo que todos los espectáculos siguientes se atrasaran, algo muy inusual en festivales de esta categoría. Esto fue muy evidente cuando entrada la noche, los artistas principales se turnaban entre el Main Stage 1 y el 2, y la espera para que iniciaran en el dos era mayor lo cual tambien atrasó los actos en el uno.

Después de St. Vicent e Interpol, The Kooks en el Main Stage 2 hicieron un show excelente, dejando atrás sus tiempos de banda de pop-rock inglés sensible, con marcada impronta de los Beatles, para demostrar todo su ritmo bailable desarrollado en su último álbum, "Listen", y su último hit "West Side".

Después apareció Foster The People en el Main Stage 1, pero gran parte de la gente eligió escucharlo a lo lejos después del inicio del espectáculo, para conseguir un buen lugar en la presentación de la leyenda viva de Robert Plant en el escenario dos. Más allá de "Houdini" y "Pumped Up Kicks" fue regular el despliegue de la banda de pop electrónico. 

Con un poco de demora, Robert Plant apareció para empezar el gran momento de rock de la primera noche que empezó con él y siguió con Jack White. Repasó temas de Led Zeppelin, jugó con el público, presentó a sus colaboradores de origen africano en un par de temas muy experimentales de sus últimos trabajos y se lo vio en buena forma teniendo en cuenta sus años.

Al finalizar con el clásico "Rock n Roll" la gente corrió para darle la bienvenida a uno de los emblemas del rock internacional, Jack White, es quizás el músico más representativo del Rock de las últimas dos décadas. 

"...llegó un momento donde yo le mostraba algo que había hecho con mucha emoción y ella decía -Ok, lo hiciste, y?..."

Así describió el final de The White Stripes y la falta de entusiasmo de su ex-esposa y compañera de banda el gran Jack White. Después de eso sacó dos discos solistas (el último del año pasado), e hizo prácticamente lo que quiso con su música, armó dos bandas, una exclusiva de hombres y otra de mujeres, y en cualquier momento de las sesiones de grabación las cambiaba, al igual que en algunos conciertos. Agregó violines a su garage-rock y se volvió a juntar con el multinstrumentista Dean Fertita, un Queens of The Stone Age, con el que compartió banda en un proyecto paralelo hace un par de años.

Y toda esa excentricidad la trajo al Lollapalooza para un publico ansioso de rock, y claramente no decepcionó. Hizo canciones de todos sus proyectos musicales, dirigió al público y a su banda todo el tiempo y sin soltar la guitarra, zapeó en unas improvisaciones no tan improvisadas con su baterista; y para el final, después de irse a cambiar de ropa, entró y con una sonrisa le habló al oído a sus músicos, arrancó un riff muy familiar para el público, y en escena apareció Robert Plant.

Por si faltaba algo, el mayor pogo del Lolla se formó con una versión histórica de "Seven Nation Army".

Cuando ya no quedaba más nada para dar, se despidió del público mientras al lado Calvin Harris empezaba su electrónica radio friendly para una audiencia que ya estaba más que conforme con lo vivido. Mucha producción de luces e imágenes completamente coreografiadas con el set, que no dejaba lugar a ningún tipo de improvisación. Completo, eficaz y por si fuera poco, tuvo los fuegos artificiales que hubiese tenido Jack White si se daba la lógica en la programación del festival.

DIA DOS

El segundo día del festival comenzó para nosotros con Pedro Aznar y después Ritmo Machine, dando cuenta otra vez, la variedad que tiene la música alternativa en la actualidad. Mientras tanto Alt-J intentaba atraer al variado público que disfrutaba de la enorme cantidad de ofertas de entretenimiento que había en el predio, además de la comida, con su repertorio calificado como música para Hipsters. Aunque se supone que no hay que llegar a etiquetar de manera tan simple, es claro por qué fueron elegido como uno de los sideshows por parte de la producción, los siempre ávidos del consumo cultural parecen ser parte de un público muy rentable. 

La energía que le falto a Alt-J la reunió toda Bastille en el siguiente show, donde muchísima gente saltó y acompañó al (supuestamente) tímido cantante, teniendo en cuenta el horario y el hecho que se presenten con un sólo álbum en el mercado. Cuando una gran parte ya se iba a guardar un lugar para los Kasabian, sorprendió el frontman bajándose del escenario y caminando hasta la torre de transmisión, se subió y cantó desde ahí. Cumplieron con creces con la expectativa del público y se despidieron con un gran coro en Pompeii.

El mejor show del segundo día lo dieron los Kasabian. Así de simple es afirmarlo, los ingleses que nunca habían pisado suelo argentino hicieron un recital redondo, lleno de hits, energía, buen sonido e interpretaciones de todos los músicos. El guitarrista de disculpó por tantos años de ausencia y el cantante se despidió solo en el escenario con un All you need is Love, a coro con el público. Realmente vale la pena y se justifica ir al sideshow que encabezan hoy en La Rural.

Los 90 estuvieron representados principalmente por The Smashing Pumpkins, que hicieron un show prolijo, poco emocionante para los que no crecieron con su música, más que nada por la frialdad de Billy Corgan para llevar adelante el recital, por momentos parecía entre divertido y extrañado de estar frente a tanta gente en Sudamérica. De la experiencia se rescata escuchar su hit "Today" y ver todavía que la época dorada que lideró Nirvana sigue presente hoy en día, aunque no estaría mal afirmar que Pearl Jam seguramente envejeció mejor, o quizás por qué no Soundgarden, presentes en la pasada edición.

No hay mucho que decir del siguiente acto. Muchas familias con hijos y jóvenes, cayeron con la publicidad de que venia el hombre de los minions. Aunque los argentinos no solemos ilusionarnos fácilmente, (exceptuando los mundiales, claro) el espectáculo fue una decepción. La inclusión de Pharrell Williams no le cerraba a nadie, y mucho menos para cabeza de festival; y su presentación cumplió perfectamente con esa idea. La suma de las partes fue menos que sus partes en éste caso, había bailarinas, buenos músicos, buena producción gráfica y de video, dos hits enormes, ganadores de Grammys como "Get Lucky" y "Happy" y un stand de Adidas que lo patrocinaba, que puede explicar que hacía frente a un montón de espectadores desorientados.

Williams parecía estar conciente de todo ésto, y agradeció con gran demagogia la oportunidad de estar en el festival, repitió "Get Lucky" con la excusa de que estaba preocupado por el dinero de los concurrentes, y de dar la experiencia que les habían vendido; para el final, dejó a "Happy" y se arrodilló frente al público como venerándolo, quizás sabiendo que había recibido más de lo que ofreció.

Mientras tanto, Major Lazer sonaba fuerte frente a una audiencia mucho más enérgica que la del productor e hizo de previa para el gran show que se venía.

Para despedir el festival, el acto más interesante por la idea que representaba, que dentro de un evento tan multitudinario, un Dj como Skrillex toque para más de 75 mil personas. Aunque tiene tracks para la difusión tradicional, su estilo no es tan fácilmente consumible para al público en general. Por suerte, quizás por curiosidad o fanatismo genuino, miles de personas bailaron el dubstep del carismático Dj.

Será hasta el 2016, donde viviremos otra vez el mejor festival del mundo.






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